Por: Juan Alberto Suárez Blanco, Artista Plástico Pinareño, 1995. (English version)
Bajo una admósfera surrealista, próxima a Magritte, ciertos aires del conceptualismo de los ‘70 y algo de pop, Abel con particular originalidad y sutileza enlaza y desenlaza sucesos entorno al hombre y su existencia.
Se manifiesta un enigmático diálogo entre los objetos que expresan al ser y determinados ecosistemas o presupuestos ecológicos.
No quiere agredir, ni provocar; su interés es atraparnos con la magia del efecto, de las sensaciones y percepciones retinianas. Las piezas son sometidas a un proceso de construcción-deconstrucción; condensación y despliegue para llevarnos a un escenario programado, computarizado, extrañamente controlado y calculado, donde las esencias del hombre son amenazadas y su existancia está en juego.
¿Tomamos medidas para el futuro?
¡Abel nos alerta!